Quedarse atorado en una crisis era algo que pasaba solamente a los otros.

“Sabía que las crisis en la vida eran normales. Lo había escuchado más de una vez y me parecía normal, una mala racha le puede pasar a cualquiera. Pensaba que si algún día me tocara a mí, si es que me tocara, pues tomaría esta crisis sin hacer mucho show, la enfrentaría como persona madura y responsable, no me dejaría caer, la superaría y seguiría con mi vida adelante, y ya.

Cuando escuchaba dramas de gente que quedaban atorados en sus crisis, era porque no querían salir, no era comprensible y tampoco aceptable. Esto solo le podía pasar a otros, a gente débil y sin voluntad. Pero jamás pensé que me podía pasar a mi…”